El gran error en la enseñanza de las matemáticas

Imagen cortesía de:psucuentaregresiva.com.Todos los derechos reservados

De acuerdo a lo que señala José Antonio Fernández Bravo quien es tal vez el mejor profesor de matemáticas, señala que si no se hace algo pronto nuestro sistema educativo fracasará. Además de eso destaca que no hace falta el informe de PISA para darse cuenta que nuestros estudiantes no son los mejores en lo que respecta a las matemáticas.
Sólo hace falta ir a cualquier escuela y ver qué matemáticas se les está enseñando a los estudiantes. Al parecer se aprenden de memoria las tablas de multiplicar, lo cual no significa que saben multiplicar, no tienen ni idea que es lo que están haciendo, memorizan pero no piensa.

Confundir las causas con las consecuencias

Según asegura José Antonio Fernández el gran error en la enseñanza de las matemáticas es confundir las causas con las consecuencias, en el que dice que se enseña la resolución de los problemas antes de enseñar a entenderlos.
Además destaca que muchos de nosotros sabemos cómo enseñar mejor, pero no se cambia el método pedagógico, el cual vale la pena mencionar y convendría analizar

“Si yo digo que tengo tres cajas y en cada caja hay 12 botellas, evidentemente tengo una relación constante y entiendo que tres veces doce es lo que resuelve el problema” explica Fernández Bravo.

Esto quiere decir que el problema ya está resuelto lo que no está es calculado.

Monotonía

Son muchos los errores que se cometen a la hora de enseñar matemáticas, pero existen unos que son más relevantes como por ejemplo caer en la monotonía y seguir el ritmo de los estudiantes adaptados al sistema y encajonar todos los conocimientos.

No aplicar las nuevas metodologías

Lo mejor de todo es que ya existen nuevas metodologías, el error está en que no se están aplicando lo cual conlleva a que todo sea una pantomima y un disfraz con un telón de fondo que te dice “no me esfuerces a pensar, ya todo está demostrado y para qué tengo analizar y usar la lógica” señala Militza Indaburo, esa percepción de que tengo otros intereses.